domingo, 27 de abril de 2008

Papiro - Korea del Norte: 7 - 1

Pabellón Romareda
Jueves 25/04/2008
21:50 horas
Jugaron: Aitor, Iñigo, Antonio, Petean, Sergio, Tony, Javi, Víctor
Goles: Tony
Asistencias: Sergio

Triste final de competición y dolorosa derrota con polémica arbitral incluida.

Los quince primeros minutos fueron correctos. Los dos equipos jugábamos a lo mismo, a meternos atrás y a salir a la contra pero dominaban las defensas y no había manera de encontrar ocasiones claras.

Poco a poco Jesús nos fue “cosiendo” a faltas y en los últimos minutos esta circunstancia se hizo clave. En el minuto quince nos metieron el primer gol y cuatro minutos después nos metían el segundo en un doble penalti rompiendo definitivamente la tónica de igualdad. Es lo mejor que le puede pasar a un equipo como el Papiro que juega como juega a amarrar su puerta y que juega fabulosamente a la contra. Si a eso añades que nosotros empezamos a ponernos nerviosos con sus arbitraje y con el portero rival tienes un partido completamente acabado.

La segunda parte se inició con un gol en contra por tiro lejano y se pudo reaccionar rápido con un gol de cabeza de Tony en córner que saqué al segundo palo, pero fue un espejismo. A partir de ese momento nos chocamos contra un muro y cada vez que no finalizábamos la jugada ello aprovechaban para montar una contra con peligro y en casi todas metieron gol.

Al final el 7-1 es justo en el sentido que ellos controlaron la situación por completo, pero no refleja la diferencia entre uno y otro equipo porque nosotros estuvimos muy por debajo de nuestras propias posibilidades en cuanto ellos se adueñaron de la situación. Para colmo, por si el arbitraje y el portero contrario no crisparan los suficiente había mala suerte en el acoso y derribo a su área y como ya es habitual esta temporada fallamos lo que no está escrito, con dos zambombazos tremendos de Javi a los palos incluidos.

Una pena acabar así en una semifinal. En la otra Romareda perdió 10-0 con Chúscala ya, lo que demuestra que el otro grupo de segunda era mucho más fuerte que el nuestro.