jueves, 2 de agosto de 2007

"Transformers" (Michael Bay, 2007)

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Dirección: MICHAEL BAY
Intérpretes: SHIA LABEOUF, TYRESE GIBSON, JOSH DUHAMEL, ANTHONY ANDERSON, RACHAEL TAYLOR, MEGAN FOX, JOHN TURTURRO , JON VOIGHT , KEVIN DUNN, MICHAEL O'NEILL , JULIE WHITE
Guión: ROBERTO ORCI Y ALEX KURTZMAN; basado en un argumento de ROBERTO ORCI, ALEX KURTZMAN Y JOHN ROGERS.
Producción: DON MURPHY, TOM DESANTO, LORENZO DI BONAVENTURA E IAN BRYCE
Música: STEVE JABLONSKY
Fotografía: MITCHELL AMUNDSEN
Duración: 144 MINUTos




Advierto que estoy poseído por un ataque de furia, así que lo que pueda decir de “Transformers” podrá ser usado en juicio sumarísimo pero también apelado bajo atenuante de enajenación mental transitoria.

Hay dos argumentos que utilizan aquellos a los que sí gusta esta película de los que no les sacas, pero voy a intentar rebatirlos, no sé si con éxito. Uno es que es una película sin pretensiones artísticas y que en ella no hay que buscar un argumento propiamente dicho, el otro se complementa con el anterior y lo completa y se basa en que lo que se puede ver en la película jamás se ha visto en un cine y por sí mismo hace que la película sea entretenida......No lo digo yo ¿¡¡¡¡eh!!!!? Lo he leído y escuchado.

Está claro que para gustos están los colores, que lo que a mí me gusta a vosotros no os tiene por qué gustar y viceversa y aquí paz y mañana gloria y está claro que mucha gente va al cine no a que le duerman, sino a descargar adrenalina y evadirse con acción a raudales o unas cuantas risas con chistes fáciles o difíciles. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando a uno le gusta también disfrutar de ese “cine palomitero” y se topa con que “Transformers” le aburre, le cansa y le duerme? ¿Acaso tuve un mal día, he perdido mi don para desconectar neuronas y si desconecto la que me queda sólo no tengo capacidad de empatía alguna?

De verdad, “Transformers” es un pestiño de mucho cuidado, un claro ejemplo de lo peor que nos puede aportar una sala de cine. Como bien decía un amigo “Era difícil que Michael Bay superara Armageddon e hiciera su peor película, pero lo ha conseguido”.

Respeto a quienes os guste, oye ¡¡¡enhorabuena!!! Le habréis sabido sacar el jugo a la película y yo no, maldita sea, he perdido facultades para disfrutar, pero es que no hay por donde cogerla y eso aceptando que las imágenes son espectaculares y que Shia Lebouf puede ser perfecto como hijo de Indiana Jones porque tiene la espontaneidad, el desparpajo y la capacidad necesaria para atraer nuestra atención, resulta simpático y hacer que todos nos identifiquemos con él.

Lo que no me parece defendible es que se apoye que la película no tenga argumento porque no lo necesita. Sobre esto habría algo que puntualizar, sí tiene argumento, uno simple y burdo y que se puede contar en tres líneas, lo malo no es eso, lo malo es que para darle minutos al mismo, para desarrollar la mínima historia que tenían entre manos, para justificar todas las imágenes de efectos especiales se han sacado de la manga un guión que da vergüenza ajena, gracias a Dios con un cierto sentido autoparódico que sí es de agradecer (un chaval dice en un momento de la película “Es una pasada, es mejor que Armageddon”).

Fijaros que toda la película está plagada de tópicos, de frases absurdas, de diálogos sonrojantes que te toman por memo para darte la información (por ejemplo cuando sale en escena Jon Voigt para explicarnos quién es una persona que está en la rueda de prensa suelta un “¡¡¡¡Ohhhh el ministro de defensa!!!!). Tomároslo como queráis pero es un sistema de producción que te insulta, que está dirigido a una mayoría aborregada. Uno de los tópicos es el del chico apocado (Sam, Shia Lebouf) que pretende a la tía buena del instituto (Micaela, horrible actriz aunque muy fotogénica Megan Fox) que sale con el típico chulo-piscinas. Una vez más (y van un millar) la película te invita a que seas como Sam, pero te trata como si tu inteligencia fuera la del chulo-piscinas....será que desde producción se piensa que el público potencial de la película es así......y no lo digo como una posibilidad sino como una certeza.

No es necesario que una película de acción y efectos especiales esté plagada de topicazos para que tenga éxito (hay miles de ejemplos de ello en el cine actual), lo que ocurre es que o el equipo técnico no da para más o sencillamente es que desde producción no interesaba demasiado darle un acabado a las frases, las situaciones y la historia en sí. Han despachado la película con unas cuantas escenas con tono cómico para intercalar entre la acción y han aprovechado el desparpajo de actores como Shia Lebouf (que es de lo poco salvable) o de John Turturro (que en esta ocasión está para matarlo). Mejor no hablo de Jon Voigt, que se supone que era la perla del reparto y, bueno bueno, qué mal debe ir de dineros el amigo para aceptar sus frasecillas.

Lo curioso es que te pones a mirar los créditos (soy un tío raro, ya veis) y a parte de haber un maremágnum de peña tratando de sacarle tajada a los transformers por ahí está Steven Spielberg y Dreamworks y uno se pregunta ¿por qué? Muy fácil = para hacer cine se necesita dinero y para hacer dinero fácil hay que ir a lo fácil y lo seguro. Daros cuenta de que este “Transformers” es la quintaesencia de la producción de grandes estudios urdida con un sentido más económico que artístico:

Usan los transformers como gancho porque les permite vender muñecajos, hacer recaudación y lanzarse a tumba abierta con un despliegue de efectos visuales que todo el mundo quiere ver (Industrial Light & Magic ha llegado a un nivel de perfección excepcional que sospecho que era la parte ¿artística? que le podía interesar explorar a Spielberg con esta película); contratan a un director con ganas de recuperar crédito perdido y que hasta ese otro bodrio que es “La isla” sólo había conseguido éxitos de taquilla y que garantiza espectaculares (que no siempre buenas) escenas de acción (hablo de Michael Bay) y un tipo de cine que hace caja (“give me the money”); pertrechan un guión al servicio de los efectos (cuando debería ser al contrario) con suficientes escenas de acción, chistes malos y tópicos para que el espectador medio se crea que está viendo algo entretenido (algún día habría que distinguir y hablar a fondo entre lo que es entretenido y lo que por ser espectacular vemos con facilidad); asignan a los personajes estereotipados a unas cuantas tías buenas (que no son creíbles pero quedan muuuuy bien en pantalla) y a unos cuantos actores a los que no les viene nada mal la inyección económica que seguro que les reportará la película; incluyen unos cuantos enfrentamientos de las máquinas con el ejército antes del plato fuerte del final, que acepto que sea superespectular, pero no que sean ni coherente ni emocionante y.....bingoooooo, ya tienen un superéxito. Y tíos como yo que de vez en cuando van al cine dispuestos a desconectar el cerebro por descargar adrenalina y otros muchos que sólo quieren ver cine-evasión o cine-palomitero, picamos el anzuelo, pasamos por caja y convertimos el insulto que nos hacen en plato de gusto......A eso se le llama masoquismo, pero claro, uno no puede diferenciar a priori una “Jungla de cristal” (paradigma de lo mejor del cine de acción) con un “Transformers”.

Y no, no vale sólo argumentar que los efectos especiales son sensacionales, que lo son o que lo que vemos en esta película no lo habíamos visto jamás en una pantalla de cine. Tenemos que pedir que los efectos estén al servicio de una historia y que ésta y los personajes nos emocionen, que haya una trama, sensación de peligro real e intensidad emotiva. En “Transformers” sólo hay ruido, choques, explosiones, carreras y acción a lo loco, todo excesivo. Es mucho más entretenido el momento en que los Autobots se ocultan del padre de Sam en el jardín para que no vea que le han pisado el césped que toda la batalla final que es caprichosa, un mero tour de force de los operadores de efectos especiales sin otro pies y cabeza que batir sus propios records de qué pueden hacer y no debería ser así.

Además, cuando una película sólo se basa en los efectos especiales y en tópicos termina siendo simplemente una película “de moda” que es superada en el tiempo por otros títulos que sí lo tienen todo, que además de entrarnos por los ojos nos emocionan por la historia que cuentan y por gozar de un guión bien urdido y trabajado.

No, tampoco es este el gran estreno del verano, creedme....Una vez más Michael Bay ofrece mucho ruido y pocas nueces y lo único que conseguiréis si vais a verla es darles vuestra pequeña contribución para que hagan más cine. Puede ser un buen consuelo, pero nadie os va a devolver las dos horas de exceso y aburrimiento que vais a ver. Joooer, sí, lo reconozco, me aburrí viendo esta película....es tan excesiva que termina aburriendo a las piedras.