miércoles, 15 de agosto de 2007

"Piratas del Caribe 3" (2007)

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Título: PIRATAS DEL CARIBE: EN EL FIN DEL MUNDO
Título original: Pirates of the Carribean: At Worlds End
Dirección: Gore Verbinski
País: Estados Unidos
Año: 2007
Duración: 170 min.
Género: Aventura
Reparto: Keira Knightley, Johnny Depp, Geoffrey Rush, Jonathan Pryce, Orlando Bloom, Tom Hollander, Chow Yun FatGuión: Ted Elliott, Terry Rossio
Distribuidora: Buena Vista International Spain
Productora: Jerry Bruckheimer Films


Me ha pasado algo muy curioso con la serie de “Piratas del Caribe”. La primera la esperaba como una película de aventuras en el mar muy al estilo clásico y a rebufo de la magnífica y no siempre bien valorada “Master and commander” y me llevé un chasco porque Gore Verbinski y Jerry Bruckheimer habían preparado algo distinto, de corte más fantástico que realista, con cierto toque humorístico y dando destacada importancia a la espectacularidad y la épica visual y sonora (siempre he pensado que la banda sonora y el sonido en esta saga son muy importantes y elevan tu apreciación inicial al salir del cine incluso por encima de lo que son realmente las películas). Superado el chasco inicial y “metido en canción” lo cierto es que la película era muy entretenida y, aceptando ya las reglas del juego, la segunda lo fue aún más y me lo pasé pipa sin que me importara demasiado si el guión tenía flecos sueltos o si la acción que se veía en pantalla se atropellaba a sí misma. En esta última entrega he vuelto a llevarme otro chasco.

Creo que muchas películas tenemos que ir a verlas conscientes de lo que son y creo que nadie puede salir engañado de “Piratas del Caribe 3” (PDC a partir de ahora) una vez vista la primera película si lo que se busca es un espectáculo de acción y efectos especiales, pero aún siendo un buen espectador potencial para este tipo de cine, que hay que serlo para que te guste, la verdad es que no creo que valga todo. Pienso que siempre ha de haber un equilibrio interno, una columna vertebral argumental o artística que sustente el conjunto aún en el caso de que éste delire de la manera más absoluta. Por así decirlo, un autor, un creador, un director puede crear un universo propio, pero tiene que ser consistente y tener su propia coherencia interna y si no sentimos que algo no marcha.

Aunque las dos primeras partes de PDC también se dejaban llevar por ciertos excesos casi siempre visuales y argumentalmente se apostaba por el fantástico (en el que casi todo vale), lo cierto es que había una cierta mesura o quizás equilibrio, al menos eso me pareció. Sin embargo esta tercera parte si se caracteriza por algo es por la total desmesura con la que se pretende rizar el rizo, un defecto demasiado habitual en continuaciones que obligan a los productores a ir más allá de lo lógico. Para empezar el querer llevar a los personajes más allá de la muerte es un exceso argumental muy difícil de hacer digerible, pero después de haber visto lo que ya habíamos visto no parecía una pega excesivamente grave y no esta mal resuelta del todo, incluso resulta simpática; pero lo malo es que es el menor de los excesos que se cometen en la película y uno la termina “empachado”. Creo que el problema es que te piden demasiadas veces que aceptes vueltas del tuerca.

El viaje al otro lado de la muerte, las múltiples casualidades en las escenas de acción, los imposibles que conseguimos ver en pantalla sólo demuestran que todo es posible en una pantalla de cine y que los efectos especiales mejoran a una velocidad impresionante, pero cuando no están al servicio de la historia sino al revés llega un momento en que tienen un efecto contrario y quitan emoción, intensidad y fuerza a las historias. Creo que PDC3 es un buen ejemplo de ello, sobretodo en su tramo final.

La culpa de todo esto creo que la tiene el productor Jerry Buckheimer, un tipo empeñado en dar gusto al mayor número de público posible y que arriesga su dinero pensando siempre en recuperarlo con creces en taquilla. Por un lado es bueno para el cine espectáculo, pero en ocasiones se le va la mano como en su día ocurrió con “Armageddon” (creo que el ejemplo más claro de toda su carrera). Lo malo de PDC3 es que ha regresado el peor Bruckheimer. Gracias a Dios dejándose el montaje mareante de otras ocasiones, pero apostando una vez más por el más difícil todavía en detrimento del equilibrio argumental.

La historia que nos propone esta tercera entrega completa la saga aunque no necesariamente la cierra (ya hay rumores que una posible cuarta parte) y lo hace mostrando lo que es más espectacular y no lo que tiene más sentido (por poneros un ejemplo para que me entendáis creo que la primera parte en Asia con Sao Peng sobra bastante, aunque claro, permite montar una bonita batalla campal que queda vistosa en pantalla y la montaña rusa final con el remolino de agua peca de lo mismo). Seguramente estamos ante el peor guión de la trilogía y sin somos un puntín exigentes es un trabajo bastante flojo.

Como en las películas anteriores lo mejor vuelven a ser la pirotecnica visual y acústica y los personajes y entre ellos Jack Sparrow (incluso con Johnny Deep dejándose llevar y sobreactuando al máximo, como espectadores nuestros momentos favoritos de PDC son cuando él está en pantalla). Visualmente la saga al completo es el mayor espectáculo que nos puede deparar una sala de cine con imágenes asombrosas, efectos visuales nunca vistos y un sonido envolvente que nos mete en escena literalmente. El director, Gore Verbinski, tiene mucha culpa de ello pues ha demostrado sobradamente saber encontrar la mejor solución para cada escena de acción...en ese sentido tiene un carrerón por delante y toma el relevo de los grandes de siempre en el cine de aventuras.

En suma nos encontramos ante uno de los grandes acontecimientos de taquilla del año. Una de esas películas que los estudios (en este caso la Disney) preparan cada año coincidiendo con los meses de verano y destinadas a llenar los cines y dentro de lo que cabe cumple con su misión y es de lo más entretenido que podemos ver en cartelera. Si nos ponemos “exquisitos” sólo es una película fantástica de aventuras de segunda fila lo cual en el fondo no deja de ser un calificativo positivo puesto que no es muy habitual que un trabajo de este tipo se presente con este despliegue de medios.

Para disfrutarla sólo hay que saber qué es lo que se va a encontrar (y a estas alturas todo el mundo lo sabe) y no tomarla tan en serio como para sacarle punta al argumento. En realidad los propios creadores de la saga se la toman un poco a chunga....o de otro modo no se puede entender la presencia de Keith Richards (guitarrista de Rolling Stones en el que Deep se basó para el personaje del capitán) haciendo de padre de Jack Sparrow y soltando un par de chistes malos.

"El ultimatum de Bourne" (2007)

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Dirección: PAUL GREENGRASS
Guión: TONY GILROY, TOM STOPPARD, SCOTT BURNS Y PAUL ATTANASIO; basado en la novela de ROBERT LUDLUM
Interpretes: MATT DAMON, JULIA STILES, JOAN ALLEN, DAVID STRATHAIRN, PADDY CONSIDINE
Producción: FRANK MARSHALL, PATRICK CROWLEY Y PAUL L. SANDBERG
Montaje: CHRISTOPHER ROUSE
Fotografía: OLIVER WOOD
Música: JOHN POWELL
Duración: 111 MINUTOS


Últimamente y tras el estreno de “Transformers” hemos andado por Vianews discutiendo sobre el cine de acción y ahora “El ultimátum de Bourne”, tercera película de la saga tras “El caso Bourne” y “El mito de Bourne”, reabre el debate.

El quiz de la cuestión sería valorar si estamos ante una gran película de acción o simplemente una película correcta. Creo que todos estaremos de acuerdo que como entretenimiento funciona y cumple con su cometido, que no es otro que proporcionar casi dos horas de evasión.

Yo soy más partidario de considerarla un título correcto (algunos dirán que “bueno”, ahí no me meto porque depende de cada cual sacarle brillo o no al calificativo). Para mí correcto es un calificativo positivo. A ver si consigo explicar porqué me gusta, pero también por qué no la considero suficiente para hablar con superlativos.

Para empezar Paul Greengrass me parece un director francamente interesante. Lo demostró con “United 93”, que sí creo que es una muy buena película. Su aportación hasta el momento es una manera de filmar de cámara nerviosa, de encuadre titubeante e inquieto y monta sus películas con una sucesión de imágenes que se yuxtaponen una tras otra a una gran velocidad. La sensación que provoca en el espectador es una saturación de información visual y uno se enfrenta a un ritmo visual frenético en sus películas. En pantalla no hay un momento para el respiro: si el montaje se ralentiza, que suele ser pocas veces, y la imagen se mantiene fija entonces cambia el foco o se mueven los elementos que aparecen en escena. La consigna parece ser que nadie se relaje en la butaca y que continuamente se reciba información visual.

En “United 93” el objetivo de este procedimiento era convertir a la cámara en un testigo más de los hechos reales que narraba, obligar al espectador a vivir casi in situ la tensión de los sucesos y se conseguía una sensación de realismo que acercaba a la película a un seudo-documental. En los dos Bourne que ha filmado el objetivo es lograr un ritmo imparable de imágenes, en algo así como una montaña rusa visual de la que no te puedes apear para no perderte ninguna de las impactantes escenas que se suceden. En este sentido resulta muy importante también la banda sonora y no hablo sólo de la música (magnífico para mi gusto John Powell) sino del sonido (fijaros sobretodo lo importantísimo que es en las escenas de lucha y lo mucho que se resaltan los golpes, los nudillos machacados y los objetos rotos).

Imagen y sonido trabajan juntos en pos de un objetivo que este director tiene muy claro y es que el espectador no tenga un respiro y toda esa información visual y auditiva le llegue a borbotones. Llega un momento en que casi te aturrulla porque en esta película en concreto la acción comienza desde el mismo principio y apenas para hasta el final. Incluso en los flashbacks se juega con ese procedimiento.

Mi duda es si realmente termina de funcionar y si no es excesivo. Para mi gusto sí. Pienso que Grengrass está capacitado para hacer películas memorables ajustando y dosificando este estilo de filmación, pero que en los dos últimos bourne y sobretodo en este no se preocupa de la medida y el equilibrio porque realmente no le interesan y no lo hace porque de no haber filmado así “El ultimátum de bourne” tendría muy poca “chicha”. En realidad el argumento es más de lo mismo. De nuevo Bourne perseguido, Bourne que escapa, Bourne que quiere saber, Bourne localizado, Bourne perseguido, Bourne que escapa.....Que sí, que no le llevaré a nadie la contraria admitiendo que es entretenido, pero por así decirlo la exhuberancia de la forma oculta la escasez de contenido. O dicho de otro modo, me parece excepcional la forma pero flojo el fondo.

Y no se trata de un problema de guión, sino de coherencia argumental, de planificación. Voy a poner algún ejemplo para que se me entienda: para empezar escenas como la persecución en el aeropuerto o por las calles en los coches o por los tejados o cualquier persecución de las muchas que hay vamos, son espectaculares, no lo niego, pero debemos dejar pasar muchas cosas ¿no localizan a Bourne nunca pese a que va con la cara descubierta? ¿Tan bien conoce los espacios por los que se mueve como para saber dónde hay cámaras y agentes que le persiguen? ¿Tan bien conoce las calles de Tánger como para escapar con una moto incluso subiendo y bajando escaleras y transitando por vias secundarias sin calzada o como para ubicarse después de saltar una docena de tejados? Eso por no hablar de que sale ileso de todos los golpes, choques y porrazos que se pega mientras los que le persiguen se dan unas chufas de miedo y por no hablar de lo “tontos” que a fin de cuentas demuestran ser todos los agentes que le persiguen, que ni se enteran de que entra en sus mismas oficinas. Y otra cosa: ¿de verdad es posible hacer un rastreo con ordenadores como el que le hacen? No niego que seguro que hay unos sistemas de vigilancia avanzadísimos, pero te piden que te tragues “todo”, absolutamente “todo”.

Ya sé que es una película de acción y que en este género desde James Bond está permitido casi todo, pero si además del estilo visual es excesiva también la coherencia de los sucesos que estamos viendo la cosa queda un poquito sobrecargada de excesos y es para mí (quizás no para vosotros) un error que está cometiendo el cine actual porque al final terminas con empacho y lo que pretendía divertirte tiene tantos rizos rizados que termina por causarte indiferencia.

Además Grengrass consigue que te pongas nervioso en tu butaca, que vibres con las escenas de acción y que tus sentidos se aceleren logrando una cierta verosimilitud porque te mete de lleno en la acción; pero por otro lado te desconcentra y te vuelve loco porque muchas veces no sabes ni dónde estás ni de dónde viene quién o va cuál y eso contrarresta lo bueno que había conseguido. Es decir, sí, pero no. Que me lo paso pipa viendo como persiguen a Bourne y cómo éste escapa rompiendo cristaleras y saltando tejados y robando motos; pero preferiría saber qué piensa, cómo urde sus planes y huidas, cuánto sufre, qué ventaja le lleva a su perseguidor, por donde ataja y por qué decide hacerlo por ahí y no por otro lado.....preferiría más respiro, más claridad en lo que se nos muestra y cuenta y más equilibrio. Sí, quizás sólo es una preferencia personal.

La pregunta es ¿por qué se ha hecho así pudiendo conseguir también esa coherencia de la que hablo? ¿es impericia o una opción meditada?. No creo que sea impericia. Creo que el argumento era justito porque era más de lo mismo y se ha solventado dando más cuerpo a la forma y se ha hecho así porque cuanto más espectacular es lo que vemos parece que menos nos fijamos en los detalles. Creo que los productores y Bruckheimer es el que mejor ejemplo, piensan que cuanto más espectacular es lo que se ve en un cine más fácil es contentar al público. Y lo malo es que tienen razón.

Y para Mañik: Películas de acción mejores en los últimos años sin pensar demasiado: cualquiera de “Los piratas del Caribe”, cualquiera de los “Harry Potter”, cualquiera de los “Spiderman”, “Apocalypto”, “Casino royale”, “Hijos de los hombres”, “United 93”, “Firewall”, “La guerra de los mundos”, “Collateral”, esta os va a gustar “Matrix revolutions” (2003), “The italian job”, “Terminator 3”, “Hulk”, todos los X-men menos la 3, “El último golpe”, todos los “Señores de los anillos”. Y por supuesto la mejor: "Heat".

Sí estoy de acuerdo en que salvando a Bond al último Bourne y sin contar películas que sean clasificables en otros géneros, la saga del Bourne es lo mejor que ha dado el cine exclusivamente de acción en los últimos años (muy escasas por cierto las producciones tipo Bourne durante este tiempo) y que Paul Grengrass es un gran director y es capaz de hacer interesante un argumento (que no guión) simplón. Al menos Greengrass tiene un estilo personal y pretende lograr un efecto en su público con la forma con la que filma. Creo que en el momento en que tenga un buen argumento y de pausa a su incontinencia visual logrará una gran película como ya digo que fue "United 93".


jueves, 2 de agosto de 2007

"Transformers" (Michael Bay, 2007)

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Dirección: MICHAEL BAY
Intérpretes: SHIA LABEOUF, TYRESE GIBSON, JOSH DUHAMEL, ANTHONY ANDERSON, RACHAEL TAYLOR, MEGAN FOX, JOHN TURTURRO , JON VOIGHT , KEVIN DUNN, MICHAEL O'NEILL , JULIE WHITE
Guión: ROBERTO ORCI Y ALEX KURTZMAN; basado en un argumento de ROBERTO ORCI, ALEX KURTZMAN Y JOHN ROGERS.
Producción: DON MURPHY, TOM DESANTO, LORENZO DI BONAVENTURA E IAN BRYCE
Música: STEVE JABLONSKY
Fotografía: MITCHELL AMUNDSEN
Duración: 144 MINUTos




Advierto que estoy poseído por un ataque de furia, así que lo que pueda decir de “Transformers” podrá ser usado en juicio sumarísimo pero también apelado bajo atenuante de enajenación mental transitoria.

Hay dos argumentos que utilizan aquellos a los que sí gusta esta película de los que no les sacas, pero voy a intentar rebatirlos, no sé si con éxito. Uno es que es una película sin pretensiones artísticas y que en ella no hay que buscar un argumento propiamente dicho, el otro se complementa con el anterior y lo completa y se basa en que lo que se puede ver en la película jamás se ha visto en un cine y por sí mismo hace que la película sea entretenida......No lo digo yo ¿¡¡¡¡eh!!!!? Lo he leído y escuchado.

Está claro que para gustos están los colores, que lo que a mí me gusta a vosotros no os tiene por qué gustar y viceversa y aquí paz y mañana gloria y está claro que mucha gente va al cine no a que le duerman, sino a descargar adrenalina y evadirse con acción a raudales o unas cuantas risas con chistes fáciles o difíciles. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando a uno le gusta también disfrutar de ese “cine palomitero” y se topa con que “Transformers” le aburre, le cansa y le duerme? ¿Acaso tuve un mal día, he perdido mi don para desconectar neuronas y si desconecto la que me queda sólo no tengo capacidad de empatía alguna?

De verdad, “Transformers” es un pestiño de mucho cuidado, un claro ejemplo de lo peor que nos puede aportar una sala de cine. Como bien decía un amigo “Era difícil que Michael Bay superara Armageddon e hiciera su peor película, pero lo ha conseguido”.

Respeto a quienes os guste, oye ¡¡¡enhorabuena!!! Le habréis sabido sacar el jugo a la película y yo no, maldita sea, he perdido facultades para disfrutar, pero es que no hay por donde cogerla y eso aceptando que las imágenes son espectaculares y que Shia Lebouf puede ser perfecto como hijo de Indiana Jones porque tiene la espontaneidad, el desparpajo y la capacidad necesaria para atraer nuestra atención, resulta simpático y hacer que todos nos identifiquemos con él.

Lo que no me parece defendible es que se apoye que la película no tenga argumento porque no lo necesita. Sobre esto habría algo que puntualizar, sí tiene argumento, uno simple y burdo y que se puede contar en tres líneas, lo malo no es eso, lo malo es que para darle minutos al mismo, para desarrollar la mínima historia que tenían entre manos, para justificar todas las imágenes de efectos especiales se han sacado de la manga un guión que da vergüenza ajena, gracias a Dios con un cierto sentido autoparódico que sí es de agradecer (un chaval dice en un momento de la película “Es una pasada, es mejor que Armageddon”).

Fijaros que toda la película está plagada de tópicos, de frases absurdas, de diálogos sonrojantes que te toman por memo para darte la información (por ejemplo cuando sale en escena Jon Voigt para explicarnos quién es una persona que está en la rueda de prensa suelta un “¡¡¡¡Ohhhh el ministro de defensa!!!!). Tomároslo como queráis pero es un sistema de producción que te insulta, que está dirigido a una mayoría aborregada. Uno de los tópicos es el del chico apocado (Sam, Shia Lebouf) que pretende a la tía buena del instituto (Micaela, horrible actriz aunque muy fotogénica Megan Fox) que sale con el típico chulo-piscinas. Una vez más (y van un millar) la película te invita a que seas como Sam, pero te trata como si tu inteligencia fuera la del chulo-piscinas....será que desde producción se piensa que el público potencial de la película es así......y no lo digo como una posibilidad sino como una certeza.

No es necesario que una película de acción y efectos especiales esté plagada de topicazos para que tenga éxito (hay miles de ejemplos de ello en el cine actual), lo que ocurre es que o el equipo técnico no da para más o sencillamente es que desde producción no interesaba demasiado darle un acabado a las frases, las situaciones y la historia en sí. Han despachado la película con unas cuantas escenas con tono cómico para intercalar entre la acción y han aprovechado el desparpajo de actores como Shia Lebouf (que es de lo poco salvable) o de John Turturro (que en esta ocasión está para matarlo). Mejor no hablo de Jon Voigt, que se supone que era la perla del reparto y, bueno bueno, qué mal debe ir de dineros el amigo para aceptar sus frasecillas.

Lo curioso es que te pones a mirar los créditos (soy un tío raro, ya veis) y a parte de haber un maremágnum de peña tratando de sacarle tajada a los transformers por ahí está Steven Spielberg y Dreamworks y uno se pregunta ¿por qué? Muy fácil = para hacer cine se necesita dinero y para hacer dinero fácil hay que ir a lo fácil y lo seguro. Daros cuenta de que este “Transformers” es la quintaesencia de la producción de grandes estudios urdida con un sentido más económico que artístico:

Usan los transformers como gancho porque les permite vender muñecajos, hacer recaudación y lanzarse a tumba abierta con un despliegue de efectos visuales que todo el mundo quiere ver (Industrial Light & Magic ha llegado a un nivel de perfección excepcional que sospecho que era la parte ¿artística? que le podía interesar explorar a Spielberg con esta película); contratan a un director con ganas de recuperar crédito perdido y que hasta ese otro bodrio que es “La isla” sólo había conseguido éxitos de taquilla y que garantiza espectaculares (que no siempre buenas) escenas de acción (hablo de Michael Bay) y un tipo de cine que hace caja (“give me the money”); pertrechan un guión al servicio de los efectos (cuando debería ser al contrario) con suficientes escenas de acción, chistes malos y tópicos para que el espectador medio se crea que está viendo algo entretenido (algún día habría que distinguir y hablar a fondo entre lo que es entretenido y lo que por ser espectacular vemos con facilidad); asignan a los personajes estereotipados a unas cuantas tías buenas (que no son creíbles pero quedan muuuuy bien en pantalla) y a unos cuantos actores a los que no les viene nada mal la inyección económica que seguro que les reportará la película; incluyen unos cuantos enfrentamientos de las máquinas con el ejército antes del plato fuerte del final, que acepto que sea superespectular, pero no que sean ni coherente ni emocionante y.....bingoooooo, ya tienen un superéxito. Y tíos como yo que de vez en cuando van al cine dispuestos a desconectar el cerebro por descargar adrenalina y otros muchos que sólo quieren ver cine-evasión o cine-palomitero, picamos el anzuelo, pasamos por caja y convertimos el insulto que nos hacen en plato de gusto......A eso se le llama masoquismo, pero claro, uno no puede diferenciar a priori una “Jungla de cristal” (paradigma de lo mejor del cine de acción) con un “Transformers”.

Y no, no vale sólo argumentar que los efectos especiales son sensacionales, que lo son o que lo que vemos en esta película no lo habíamos visto jamás en una pantalla de cine. Tenemos que pedir que los efectos estén al servicio de una historia y que ésta y los personajes nos emocionen, que haya una trama, sensación de peligro real e intensidad emotiva. En “Transformers” sólo hay ruido, choques, explosiones, carreras y acción a lo loco, todo excesivo. Es mucho más entretenido el momento en que los Autobots se ocultan del padre de Sam en el jardín para que no vea que le han pisado el césped que toda la batalla final que es caprichosa, un mero tour de force de los operadores de efectos especiales sin otro pies y cabeza que batir sus propios records de qué pueden hacer y no debería ser así.

Además, cuando una película sólo se basa en los efectos especiales y en tópicos termina siendo simplemente una película “de moda” que es superada en el tiempo por otros títulos que sí lo tienen todo, que además de entrarnos por los ojos nos emocionan por la historia que cuentan y por gozar de un guión bien urdido y trabajado.

No, tampoco es este el gran estreno del verano, creedme....Una vez más Michael Bay ofrece mucho ruido y pocas nueces y lo único que conseguiréis si vais a verla es darles vuestra pequeña contribución para que hagan más cine. Puede ser un buen consuelo, pero nadie os va a devolver las dos horas de exceso y aburrimiento que vais a ver. Joooer, sí, lo reconozco, me aburrí viendo esta película....es tan excesiva que termina aburriendo a las piedras.